Un dia normal de trabajo con uno de nuestros cerrajeros
Un día de trabajo puede transcurrir de forma normal con las rutinas diarias habituales pero también nos puede deparar situaciones difíciles y muy delicadas, sobre todo en este oficio con el cual estamos expuestos a cualquier situación que pueda suceder como en casi cualquier trabajo de calle por llamarlo de alguna manera.
Sorpresas inesperadas y desagradables que ningún profesional queremos encontrar nunca por el impacto que produce vivir esas experiencias ya que se trata directamente con las personas afectadas y vives la situación en primera línea.
Hace más de 5 años sucedió una de estas sorpresas, por suerte o por desgracia recibimos una llamada desgarradora de una persona que estaba nerviosa, desconsolada, destrozada por el dolor de algo que había sucedido y que ni ella ni nadie de su entorno quería pensar que fuese verdad, al parecer un vecino hijo de un matrimonio muy querido en la zona había acabado con la vida de sus progenitores de la manera más horrible.
Restos de parricidio en Fuente de San Luis |
Nuestro cerrajero acudió en tan solo 15 minutos al lugar de los hechos, se nos reclamaba por que al parecer en el fuerte altercado que debió acontecer en el interior de la vivienda alguna manta o sabana había quedado pillada en el perfil de la puerta bloqueando esta e impidiendo su apertura además con innumerables cristales rotos debajo de la puerta que hacían casi imposible poder entrar y comprobar lo que las imágenes tan horribles que se veían desde fuera de la vivienda auguraban que había sucedido.
Según entraba nuestro operario por el portal de la finca ya se podían apreciar restos de sangre en las paredes, subiendo por las escaleras la escena se iba endureciendo haciéndose más palpable la situación por la que acudíamos a este lugar, las manchas de sangre eran más grandes y abundantes a medida que nos aproximábamos a la puerta que debíamos abrir.
Quizá el momento más duro es en el que con la policía presente, los familiares y los vecinos más allegados todos ponían toda su atención, todas sus miradas en el técnico que debía abrir la puerta lo más rápido posible solo para poder entrar y confrontar y confirmar la terrible situación que había detrás de una madera con cerradura y mirilla.
La escena no podía ser más terrible, no queremos entrar en detalles por respeto a la intimidad de la familia y por lo difícil de las imágenes que allí se pudieron ver, uno puede deducir cual es la escena que podía existir, un hijo había acabado brutalmente con la vida de sus padres, había cometido como el que se conoció el parricidio de la fuente de San Luis familiares muy próximos nos decían que no daban crédito a lo sucedido, como una persona normal y sin mayores problemas de repente y sin discusión previa podría haber actuado de esta manera.
Sin entrar en muchos más detalles, aquí os mostramos en unas líneas lo que puede ser una crónica de un día cualquiera de trabajo para un cerrajero en este caso en Valencia, pero situaciones similares a estas ocurren todos los días y compañeros de otras localidades y por tanto comunidades autónomas se enfrentan a diario.
Preguntamos a nuestro técnico por el impacto de presenciar aquella escena y el nos contestó que las primeras veces que ves este tipo de escenarios se hace muy difícil, pasas días raros en los que no entiendes muchas cosas, confuso y aturdido, pero que cuando ya han sido más de tres las situaciones que has presenciado procuras que las siguientes no te afecten logrando generalmente que esto así sea ya que es a lo que nos exponemos acudiendo a abrir cualquier vivienda, cualquier situación que pueda existir nos la podemos encontrar detrás de una puerta.